La fotografía a color de William Eggleston
- The Cultural Ground
- 1 feb 2021
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En los años 60, la fotografía como arte solo se concebía en blanco y negro. El color, propio de la publicidad, era considerado una banalidad. William Eggleston, ajeno a las convenciones sociales, decidió salirse de los estándares establecidos y se convirtió en un icono de la fotografía a color.

Nacido en 1939 en Memphis, Tennessee, William Eggleston era un joven rebelde de familia adinerada, que descubrió su pasión por la fotografía en 1957, al comprar su primera cámara, una telemétrica Canon. Por aquel entonces, ya había comenzado tres carreras universitarias y no había terminado ninguna. Sin embargo, algunas de esas clases sembraron en él un innegable interés por el arte, especialmente por el expresionismo abstracto de los 50. Poco tiempo después sustituyó esa primera cámara por una Leica, marca a la que a día de hoy sigue siendo fiel. Si bien es cierto que en sus inicios disparaba en blanco y negro, pronto se pasó al color. Armado con su Leica, Eggleston comenzó a fotografiar el sur de los Estados Unidos en pleno apogeo del capitalismo de post-guerra.
Hay tres aspectos muy característicos de la fotografía de Eggleston: por un lado, el hecho de fotografiar a color cuando todos los demás lo hacían en blanco y negro. Por otra parte, el capturar lo ordinario, las escenas de la vida cotidiana o lo que podría considerarse banal. El tercer elemento clave de su trabajo es que solo dispara una vez, como mucho dos, lo que significa que no puede elegir entre múltiples versiones de la misma imagen. Su gran virtud es su habilidad para la composición: en tan solo una toma, es capaz de capturar el momento preciso, con el encuadre y la luz adecuadas. Además, nunca titula sus obras.

1976 fue un año clave en la carrera de William Eggleston y en la historia de la fotografía en general. El MoMa de Nueva York organizó en esa fecha la primera exposición del trabajo a color de un artista individual, lo que convirtió a Eggleston en el primer fotógrafo que logró exponer fotografía a color dentro de un museo. En una sociedad en la que el único tipo de fotografía legítima era la realizada en blanco y negro, este evento causó indignación y un gran impacto mediático.El MoMa dio un paso adelante al reconocer que la fotografía a color también era una forma válida de expresión artística. La exposición se recogió posteriormente en papel, en un libro titulado William Eggleston's Guide. A esta exposición le siguieron muchas otras, como xxxx, además de múltiples reconocimientos como el Premio Internacional de la Fundación Hasselblad en 1998 o el PhotoEspaña en 2004.

Quizás no puede decirse que Eggleston sea el mejor fotógrafo de todos los tiempos, pero a sus 82 años ha logrado convertirse en uno de los artista más innovadores y revolucionarios de los Estados Unidos. Con sus fotografías en color se anticipó al mundo, rechazando la presión comercial y de lo políticamente correcto. La obra de Eggleston logra simultáneamente apelar a la memoria colectiva y hacer viajar a otros mundos.
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