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Historias de amor y arte: Christo y Jeanne-Claude

  • Foto del escritor: The Cultural Ground
    The Cultural Ground
  • 9 jun 2020
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 12 jun 2020



``Mi arte pretende perturbar y manipular el paisaje´´, dijo en cierta ocasión Christo Javacheff. Y tanto que lo logró. Fueron más de 50 años de obras efímeras que  revolucionaron el arte contemporáneo tal y como se conocía. Junto a su mujer, Jeanne-Claude, pusieron nombre propio al concepto de Land Art. Por amor al arte -o mejor dicho, por amor y por arte- dedicaron su vida a recorrer el mundo cubriendo de plástico y tela monumentos y paisajes de todo tipo. Y es que, merece la pena recordar la historia de amor que llevó a este matrimonio de artistas hasta la gran manzana allá por 1964.






Parece que hay personas que nacieron para conocerse, y, desde luego, es el caso de Christo Javacheff y Jeanne-Claude. Ambos nacieron el mismo día del mismo año, y casi a la misma hora, aunque en lugares diferentes. Aquel 13 de junio de 1935, en Gabrovo (Bulgaria) y Casablanca (Marruecos) respectivamente, sin saberlo, se forjaba de algún modo lo que más tarde se convertiría en historia del arte. Pero no fue hasta 1958, en la ciudad de París, cuando ambos se vieron por primera vez. Christo había sido contratado por la madre de Jeanne-Claude, Précilda de Guillebon, para pintar un retrato. A pesar de que, por aquel entonces, Jeanne-Claude estaba prometida, se quedó embarazada de Christo. Unos años después, en 1962, y sin el apoyo de la familia de la muchacha, la pareja de casó. Esta historia de amor prohibida les llevó hasta Nueva York en 1964. Y fue ahí, donde realmente, comenzó todo.




Al llegar a Nueva York, Christo comenzó a exponer sus obras en diversas galerías. En un principio, y debido a los prejuicios de la época, se dieron a conocer bajo el nombre artístico de ``Christo´´, para, posteriormente, a partir del 96, añadir también el nombre de Jeanne-Claude. Y así, jugando con las formas, el color y la escala, se gestó un estilo único que se convertiría en su marca personal a lo largo de tantos años.

La interacción entre el artista, el paisaje, la obra y el público da lugar sin duda a un desplazamiento transversal desde el objeto hasta la acción, alejándose de otras disciplinas como la arquitectura al calificar su trabajo como ``artístico´´. El éxito de su trabajo radica en varios aspectos: por un lado, la originalidad indudable de su obra, que crea paisajes puramente oníricos, y por otro, su carácter efímero, pues sus obras tan solo se mantienen un máximo de dos semanas. Y es que, según ellos `` la fuerza más poderosa del arte es que los cambios no ocurren en el sitio donde este está, sino en nosotros´´.

Christo y Jeanne-Claude quisieron trabajar siempre de manera independiente y libre, por ello, nunca aceptaron financiación externa: conseguían el dinero necesario mediante la venta de elementos originales de cada proyecto como bocetos, fotografías o dibujos.



Hace unos días, el 31 de mayo, Christo falleció a los 84 años en su casa de Nueva York, y que mejor manera de homenajearle que dedicándole el primer post del blog. Hoy viajamos en el tiempo para revisitar la obra de este tándem que hizo soñar a lo grande a generaciones enteras de inconformistas...




1. Sourrounded Islands, Miami


2. Wrapped Reichstag, Berlín



3. The Mastaba, Londres, Reino Unido


4. The Floating Pier, Lago Iseo, Italia

5. Verhüllte Bäume, Parque Berower, Basilea, Suiza


6. The Gates, Central Park, Nueva York, EEUU


7. Pont Neuf, París, Francia


8. Valley Curtain, Colorado, EEUU


9. Running Fence, California, EEUU


10. The Umbrellas, simultáneamente en Japón y Estados Unidos


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